EL VUELO DE LA AUDACIA: DAFNE NAVARRO, LA GIMNASTA QUE DESAFÍA LA GRAVEDAD

En el corazón de la Perla Tapatía, donde la tradición se entrelaza con la innovación, surge una figura que personifica el espíritu de un campeón: Dafne Navarro. Con tan solo 26 años, esta gimnasta de trampolín ha redefinido los límites de lo posible, no solo al desafiar las leyes de la gravedad, sino al conquistar un espacio en la historia deportiva de México.

Una carrera tejida con valentía

Dafne, a quien alguna vez consideraron “muy grande” para la gimnasia artística, encontró su verdadera pasión a los 11 años en el trampolín. La adrenalina y el desafío constante de los saltos y giros capturaron su alma. 

Con 18 años de trayectoria, ha sido testigo de la evolución de su deporte en el país, impulsando su crecimiento con cada uno de sus logros.

Su palmarés está marcado por hazañas que la han convertido en pionera. Es la primera mujer mexicana en la disciplina en clasificar y asistir a unos Juegos Olímpicos, un hito que alcanzó en Tokio 2020. Pero la ambición de Dafne no conoce límites. 

Recientemente, en Canadá, realizó un elemento nunca antes visto por una mujer mexicana: un triple con giro y medio en posición carpada, una muestra de su incansable búsqueda de la excelencia.

El trampolín de la mente: la importancia de la salud mental

Una figura clave para la inspiración de Dafne fue la también gimnasta de trampolín Rosie MacLennan, que es doble campeona olímpica y con quien tuvo la oportunidad de poder entrenar, según la tapatía, poder ver que también se equivocaba y se ponía nerviosa, la hizo comprender que nadie es perfecto.

“Siempre me decía que ella visualizaba sus rutinas y que escuchaba música, y yo desde entonces ya lo hago, pero lo que me ayudó mucho, fue que yo creía que ella era perfecta entonces en un día a ella no le estaban saliendo las cosas y yo me dije, bueno es igual que yo , que cualquier deportista, tenemos días malos, y eso me hizo creer en mí en que si podía clasificar a Tokio”, refirió la gimnasta. 

A la par de su preparación física, Dafne subraya la importancia de la salud mental. 

Trabajó con una psicóloga deportiva para manejar la presión de los Juegos Olímpicos de Tokio, donde se convirtió en finalista. 

A pesar de un pequeño error en su último elemento que le costó una mejor posición, la experiencia fue para ella un momento de diversión y disfrute. Su participación en Tokio demostró que la verdadera victoria no solo reside en la medalla, sino en la capacidad de disfrutar el camino.

Un legado de inspiración

Más allá de sus logros personales, Dafne Navarro busca ser una fuente de inspiración para las nuevas generaciones. Se siente orgullosa de su papel como pionera y espera que su éxito motive a más jóvenes a perseguir sus sueños en la gimnasia de trampolín. “El mejor consejo que me han dado es no preocuparme por la opinión de los demás”, confiesa, un mantra que ha guiado su carrera y que ahora comparte con el mundo.

Con su mirada puesta en los Juegos de París y Los Ángeles, Dafne se prepara para su “último ciclo olímpico” con una nueva mentalidad: disfrutar el proceso sin la presión del pasado. Su historia es un recordatorio de que la audacia, la perseverancia y la salud mental son los verdaderos pilares para alcanzar las alturas, tanto en el deporte como en la vida.

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